En la búsqueda por comprender el universo, la humanidad ha tratado de aprovechar el poder tanto de la luz como la oscuridad. En el centro de esta búsqueda podemos encontrar al Vantablack, un material tan tan oscuro que es capaz de absorber hasta el 99,965% de la luz visible, creando un negro casi perfecto. Muchos dirían que hasta genera la sensación de 'agujero negro'.
¿Quién lo creó?
Desarrollado por la compañía inglesa Surrey NanoSystems con sede en Newhaven, Inglaterra en 2014, el Vantablack no es una pintura, ni un tinte; ni siquiera es un tejido, sino un bosque de diminutos nanotubos de carbono. Se trata de un recubrimiento pigmentario en el que cada nanotubo es aproximadamente 10.000 veces más delgado que un cabello humano y su excelsa particularidad reside en que, cuando la luz incide en este material, queda atrapada en ese conglomerado de nanotubos de carbono y rebota hasta que se disipa en calor, lo que lo convierte en el material más oscuro que jamás haya existido.
El nombre Vantablack deriva del acrónimo VANTA (Vertically Aligned NanoTube Arrays, matrices de nanotubos alineados verticalmente), que describe la orientación de los nanotubos de carbono. El desarrollo de esta innovación supuso un importante avance en la ciencia de los materiales, ya que abrió nuevas posibilidades en una amplia gama de campos.
El negro más negro
La creación del recubrimiento Vantablack comienza con 'partículas catalizadoras' de no más de uno o dos nanómetros de diámetro que, después de saturarse con gas, crecen hasta convertirse en nanotubos de carbono. Por cada centímetro cuadrado de recubrimiento, hay alrededor de mil millones de estos nanotubos.
Y se puede utilizar para recubrir objetos 3D, convirtiéndolos en 'agujeros' negros visualmente planos sin ningún sentido de forma. Y es que realmente es lo que nos parece al verlo. Para el ojo humano, Vantablack resulta desconcertante. Es tan eficaz para absorber la luz que elimina toda textura visual y tridimensionalidad de un objeto. Todo parece un aparente vacío sin fondo gracias a la ausencia de reflexión y profundidad. Arrugas, protuberancias... cualquier detalle desaparece gracias a él.
Además de su apariencia, este recubrimiento es hidrofóbico, lo que significa que es resistente a la vibración de un lanzamiento y es capaz de soportar temperaturas entre -196 ºC y 300 ºC, lo que lo hace muy indicado para ciertos entornos (como el espacio).
Aplicaciones
Como es de imaginar, las propiedades únicas de Vantablack han dado lugar a un gran abanico de aplicaciones, especialmente donde la gestión de la luz y la reducción del deslumbramiento son fundamentales, como en el sector espacial.
En la astronomía y la exploración espacial, el Vantablack puede ser muy útil en los telescopios, recubriendo componentes internos de estos dispositivos, como deflectores y protectores contra el frío, para absorber la luz no deseada y evitar que se refleje en los sensores, mejorando el rendimiento del telescopio. En óptica, un material como este puede mejorar la precisión de sensores delicados que pueden verse afectados por la luz parásita. Su uso puede mejorar la precisión de los espectrómetros y otros dispositivos utilizados en una amplia gama de investigaciones científicas.
Sea como fuere, las implicaciones de poder lograr un material que absorbe casi por completo la luz son tantas que su uso comercial está prohibido, principalmente por motivos de seguridad.
En el mundo de la ciencia de los materiales, Vantablack puso el listón muy alto en cuanto a materiales únicos, pero no está ni mucho menos solo en su peculiaridad. También se encuentran otros atípicos, excepcionales o insólitos, como el aerogel, o gel helado, que ostenta el título de ser el material sólido más ligero de la Tierra. Compuesto por hasta un 99,8% de aire, su estructura es una red de sílice plagada de innumerables poros diminutos, lo que también lo convierten en un excelente aislante. El aerogel puede soportar más de mil veces su propio peso y puede aislar contra temperaturas extremas.
También podemos citar al grafeno, esa capa de átomos de carbono de un átomo de espesor dispuestos en una red hexagonal conocido por sus propiedades excepcionales: es uno de los materiales más resistentes y más duros jamás probado (es un millón de veces más fino que un cabello humano y más resistente que el acero), conduce el calor y la electricidad de manera extremadamente eficiente y es casi transparente. Sus aplicaciones potenciales son enormes y van desde la electrónica flexible o la creación de materiales a prueba de balas.
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